martes, 8 de abril de 2014

El (miedo al) parto

La perspectiva del parto despierta tantas reacciones como embarazadas. La más común, el miedo. ¿Cómo te estás preparando para ese momento?

Al principio del embarazo, el parto parece algo muy lejano. Pero, a medida que avanzan los meses, empezamos a escuchar cada vez más palabras como contracciones, peridural, dilatación, episiotomía, doble vuelta de cordón, parto respetado, cesárea, inducción... Y, aunque decidamos prestarles más o menos atención, pronto el parto se vuelve inminente e irreversible.

¿Dolerá tanto como dicen?, ¿cuándo sabré que es momento de ir al sanatorio?, ¿cuánto tardaré en dar a luz?, ¿podré dilatar?, ¿y si todo ocurre demasiado rápido?, ¿y si llego tarde para la peridural? Las preguntas son tantas y tan variadas como embarazadas. Además, tampoco dependen de si se es primeriza.

Algunas optan por ponerse en manos de su médico. Otras, se informan, consultan alternativas y definen prioridades. Están las que descansan en la idea de que, llegado el momento, harán lo que deban hacer (Si sus madres, sus abuelas y todas las mujeres antes que ellas parieron, quizá con menos asistencia o, incluso, en sus casas, ¿qué tan difícil puede ser?) y las que se casi no pueden pegar un ojo de noche pensando en ese día.

Cada embarazo y cada niño es un milagro. Cada parto, un momento único, propio y universal al mismo tiempo, vital y femenino. Y este es un buen punto de partida para acompañar el miedo: compartiéndolo con otras mujeres. Amigas, primas, madres, tías, abuelas y cuñadas seguramente tendrán mucho para contarnos. Un consejo generoso, una experiencia sincera y una mirada comprensiva aliviarán el peso de lo desconocido.

Otras opciones: Prepararnos con una especialista, por ejemplo, una doula, o con grupos de embarazadas (de gimnasia, de reflexión y contención, etc.). También hay libros que pueden responder las preguntas más temidas o revelar otros aspectos de esa experiencia absolutamente humana e imposible de controlar.

Finalmente, podemos escucharnos, sincerarnos y confiar en nosotras mismas, en nuestros cuerpos, en nuestras parejas y en nuestros bebés (ellos también trabajarán para nacer, ¡y mucho!). Podemos entender y vivir el parto como un camino muy especial e íntimo que empieza antes de las primeras contracciones y que toma una nueva dirección cuando nos encontramos con ese par de ojitos bien abiertos, asombrados, expectantes, amorosos y desbordados de vida, tanto como los nuestros.  

Algunas embarazadas seleccionan música para relajarse durante el trabajo de parto en sus casas, ¿sabías? ¡Te proponemos un tema que nos gusta mucho! 


@Copyright 2014 - Baby Coming
www.babycoming.com.ar
Seguinos! www.facebook.com/babycoming

1 comentario:

  1. Quiero felicitarlas por estas publicaciones que sigo con mucho interés. Si bien ya soy abuela, las encuentro muy útiles para poder dialogar con las mamás jóvenes desde otro lugar. Pasé por seis partos naturales, algunos más dolorosos que otros, pero gracias a Dios al ver a nuestro hijo, el recuerdo del dolor queda atrás en poco tiempo.

    ResponderBorrar