lunes, 21 de abril de 2014

Un bolso de bebé para cada mamá

¿Sos de las que mira con recelo el megabolso maternal? ¿Tenés que elegir uno? ¡Algunas recomendaciones!


Por varios motivos, muchos bolsos maternales comienzan siendo enormes, como si su función fuese llevar al bebito adentro. Pero, a medida que pasan los meses, este puede ir adecuándose a la maternidad y, como sus dueñas, volverse cada vez más práctico y canchero.

Algunos consejos para elegir un bolso. Número 1: Que tenga onda. Porque nos acompañará durante varios meses e, incluso, habrá días en los que reemplazará la cartera. Si tiene bolsillos internos y externos, mejor, para organizar el contenido y no volvernos locas buscando las cosas (sobre todo, cuando urge cambiar al chico).

Si la correa es larga y ajustable, podremos llevarlo cruzado o colgarlo del cochecito, y nos dará más libertad de movimiento, una de las primeras cosas que se pierden con un recién nacido (y sin ánimos de quejarse). Además, es importante que se pueda abrir y cerrar con una mano.

Ahora, el contenido. Y esta es la parte complicada. ¿Cómo evitar el megabolso? Elegir el formato “mini” para todo, el cambiador, las toallitas limpiadoras, los trapitos, etc. Además, pensarlo como un bolso para salir, no como una versión de tela y a escala de nuestra casa. Muchas veces guardamos mantas, juguetes, comida o ropa extra que después casi ni sacamos. Estas cosas son necesarias, sí, pero se pueden renovar cada vez que vamos a salir y dependiendo de la ocasión.

¿Qué cosas no pueden faltar en el bolso? Además de los elementos para cambiar al bebé, una muda, un chupete extra (es más, puede ser “el” chupete del bolso), bolsas chicas para tirar basura y lo necesario para preparar una mamadera. Podemos incluir versiones fraccionadas o en envases pequeños (el pomo chico de hipoglós, medidas de leche en polvo en un tapercito, etc.).

¿Qué ocurre cuando el bebé tiene unos 10 meses? Es posible pasar a una versión reducida del bolso maternal, que puede guardarse en la cartera o colgarse del cochecito con suma facilidad. Puede ser una bolsa de 30 x 35 cm, por ejemplo, que se cierre con tiras, un sobre o una mochilita en los que quepan un cambiador, un par de pañales, un paquete (chico) de toallitas, otro de galletitas, una muda, un chupete y un trapito. Y listo.

Por supuesto, hay un bolso para cada mamá y para cada bebé. No es lo mismo un vomitador que un niño al que se le paspa mucho la cola. Necesitarán cosas diferentes. En cualquier caso, es importante que la mamá se sienta tranquila de que tiene todo lo necesario para que ambos, ella y su bebé, estén cómodos fuera de casa.  

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