Mantener una rutina no es la solución para todo y tampoco es sinónimo de rigidez. ¿Qué significa “rutina” para vos?
La rutina...
* Ordena la vida del bebé, la de sus hermanos y la de sus padres.
* Ordena la vida del bebé, la de sus hermanos y la de sus padres.
* Hace
que la maternidad, el día, la semana y el mundo sean un poquito más predecibles
(gran cosa, sobre todo durante los primeros meses, hermosos pero caóticos).
* Le
brinda seguridad al bebé, porque pronto entiende qué esperar cuando llora,
cuando tiene hambre o sueño.
* Lo
tranquiliza. Él sabe que cuando se despierte vendrá su mamá a darle de comer,
¡excelente!
* Facilita
el aprendizaje en un contexto más relajado, en un entorno conocido, sin otras
tensiones más que explorar el mundo alrededor.
* Le
simplifica la tarea a abuelas, tías, niñeras. El pequeño aceptará con más gusto
el cuidado si este le resulta familiar.
* Enseña
al niño a respetar los tiempos, los suyos y los de los demás. Esa conciencia
del otro luego se trasladará a toda la comunidad.
* No
es sinónimo absoluto de horarios o del reloj. Podemos ser flexibles (¡somos
humanos!), siempre que haya una mínima consistencia. Además, nos habla de un
orden que seguimos para hacer las cosas, no de estar atados a un cronómetro.
* No
es sinónimo de disciplina marcial. Para nada. Además de la comida, el baño y el
acostarse, hay momentos para jugar, para ver amigos, para cantar o para leer
cuentos.
* La
mejor es la propia. Cada familia es diferente, tiene sus ritmos y sus costumbres.
Lo que funcionó para una abuela o para una amiga, no tiene por qué cerrarle a
todas las madres.
* Promueve
rituales familiares de cariño y placer. Cantarle al bebé la misma canción
cuando lo bañamos también es parte de una rutina, así como el saludo alegre de
cada mañana.
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