lunes, 5 de mayo de 2014

Había una vez… un libro


Los libros pueden tener un papel muy importante en la vida de los niños desde muy temprano. ¿Quién no recuerda cuando le leían antes de irse a dormir?
Los beneficios de la lectura son innegables (¡y está lleno de libros al respecto!). Estimulan la imaginación, divierten, relajan y enseñan de todo. Fortalecen el vínculo con nuestros hijos y son una fuente inagotable de entretenimiento: cada historia, cada ilustración puede releerse de mil formas diferentes.

Interesados en darles a sus niños una infancia sana y feliz, muchos padres llegan ilusionados a las librerías para encontrarse con cientos y cientos de opciones. ¿Cuál elegir? En términos de precio, por suerte, hay de todo; muchos libros infantiles aún no son tan caros como los de los adultos. Es un buen comienzo.

Luego, hay que tomarse el tiempo de mirarlos. Si no nos encanta, no se lo leeremos a nuestro hijo. La edad sugerida en el libro es importante, no pasarla por alto. La calidad también, porque los libros son más delicados que otros juguetes, pero igual de necesarios e importantes. Ir con el niño a la librería también es una buena opción, para observarlos y ver qué eligen ellos. 
Hasta los 18 meses, por ejemplo, a los chicos les atraen los libros con texturas y con imágenes realistas que puedan asociar con el mundo que los rodea. Coloridos y con ilustraciones que los sorprendan. El texto, mínimo. Luego, hasta los 3 años, podemos introducir personajes, narraciones breves y repetitivas o historias para ocasiones concretas (llegada de un hermanito, dejar los pañales, etc.). Las imágenes con muchos detalles tambien les gustan, porque pueden ir resignificándolas en forma constante.

Otra cuestión práctica: Los libros ocupan lugar. Quizá podemos tener pocos, pero que incluyan varias historias con diferentes ilustraciones, como una compilación de varios libros en uno. Estos nos servirán si nos vamos de viaje, por ejemplo, y no queremos interrumpir el hábito de los cuentos antes de dormir.


Por último, respetar al niño. Los libros están asociados con el desarrollo cognitivo (concentración, vocabulario, etc.), y es así. Pero cada pequeño tiene sus tiempos; quizá hoy no le interesen los libros ni los rompecabezas y lo suyo sean los bloques o la pelota, ¡pero tal vez en unos meses sí!

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